Introducción a la Mítica Astrológica


Introducción a la Mítica Astrológica

La mitología es el conjunto de creencias en poderes extraordinarios o sobrenaturales de un pueblo y/o una cultura. En los mitos se relatan historias sobre la existencia de seres que son distintos y en algún aspecto o modo “superiores” al ser humano, que estos últimos consideraron muchas veces como “Dioses”.

Estos seres o fuerzas influyentes, se componen por divinidades terrestres y Dioses Celestes, siendo el Sol, la Luna y los demás planetas las divinidades celestes principales en el mundo antiguo. La mitología griega es una de las más ricas en contenido de seres mitológicos. En muchos de los casos estos seres vienen a representar fenómenos naturales en el cielo y en la tierra, o bien la influencia de estos en los fenómenos naturales, como si fuesen ellos quienes los causaran.

En el estudio de la astrología, conocer la mitología y las leyendas que existen en torno a cada uno de los Dioses nos brinda muchísima claridad al momento de comprender los arquetipos que se utilizan en astrología y psicología occidental.

Estos Dioses mitológicos, en niveles humanos, vienen a representar aspectos y facetas propias del Ser Humano, describen roles que adopta la personalidad y describen, además, los patrones de comportamientos que adoptamos en la vida cotidiana, así como el tipo de personas con las que nos vamos a relacionar a lo largo de nuestra vida.

Zeus dice, en la Odisea de Homero;

¡Oh! ¡Dioses! ¡De qué modo culpan los mortales a los númenes! Dicen que las cosas malas les vienen de nosotros, y son ellos quienes se atraen con sus locuras, infortunios no decretados por el destino.”

Los númenes son los que ejecutan la voluntad y el poder de Dios en la mitología griega, de esta manera se identifican a los dioses griegos con los dioses astrológicos, los cuales son de alto valor conocer para un mayor y profundo entendimiento de la astrología.


La mitología Greco Romana.

En Grecia el mito de la creación intenta explicar la dinámica del universo y lo pone en lenguaje comprensible para el humano.

Hesíodo en su libro de Teogonía escribe sobre el caos, como un gran vacío del que emerge, Gea (la Tierra), Eros(el Amor), el Abismo (el Tártaro) y el Erebo (la Oscuridad).

“En primer lugar, existió el Caos. Después Gea, la de amplio pecho, siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la Tierra, de anchos caminos, existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva, de todos los dioses y todos los hombres, el corazón y la sensata voluntad en sus pechos.

Del Caos surgieron Erebo y la negra Noche. De la noche, a su vez, nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Erebo.

Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas, que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin meditar el grato comercio”.


Gea da a luz a Urano (el cielo) sin la ayuda del sexo masculino y así mismo Urano la fertiliza dando origen a los Titanes; Océano, Ceo, Crío, Hiparión, Japeto, Tea, Rea Temis, Mnemósine, Febe, Tetis y Crono, después nacen los Cíclopes y los Hecatónquiros.

Luego de yacer con Urano, alumbró a Océano de profundas aguas, hijos de Gea y Urano, a Ceo, A Crío, a Hiperión, a Japeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y la amable Tetis.

Después de todos ellos nació, Cronos, el de la mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre. Dio a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que regalaron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Estos en lo demás eran semejantes a los dioses, pero en medio de su frente había un solo ojo. Cíclopes era su nombre por epónima, ya que, efectivamente, un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos. También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciarse: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros. Cien brazos informes salían agitadamente de sus hombros y a cada uno le nacían cincuenta cabezas de los hombros, sobre robustos miembros. Una fuerza terriblemente poderosa se albergaba en su enorme cuerpo."

Cronos, el más terrible de los hijos de Gea, castra a su padre y se pocisiona como el gobernante de los Titanes, y toma a Rea, su hermana, como su esposa.

El conflicto entre padre e hijo se repite cuando Zeus se enfrenta y le quita el trono.

Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles, estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción.

La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y urdió una cruel artimaña. Produciendo al punto un tipo de brillante acero, forjó una enorme hoz y luego explicó el plan a sus hijos. Armada de valor dijo afligida en su corazón: “¡Hijos míos y de soberbio padre. Si queréis seguir mis instrucciones, podremos vengar el cruel ultraje de vuestro padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló y lógicamente un temor los dominó a todos y ninguno de ellos se atrevió a hablar. Más el poderoso Cronos, de mente retorcida, armado de valor, al punto respondió con estas palabras a su prudente madre: “Madre, yo podría, lo prometo, realizar dicha empresa, ya que no siento piedad por nuestro abominable padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló. La monstruosa Gea se alegró mucho en su corazón y le apostó secretamente en emboscada. Puso en sus manos una hoz de agudos dientes y disimuló perfectamente la trampa.

Llegó el poderoso Urano conduciendo la noche, se echó sobre la Tierra ansioso de amor y se extendió por todas partes. El hijo, saliendo de su escondite, logró alcanzarle con la mano izquierda, empuñó con la derecha la prodigiosa hoz, enorme y de afilados dientes, y apresuradamente cortó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás. No en vano escaparon aquellos de su mano. Pues cuantas gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dio a luz a las poderosas Erinias, a los altos Gigantes de resplandecientes armas, que sostienen en su mano largas lanzas, y a las Ninfas-que llaman Mellas sobre la tierra ilimitada.”

Es de esta manera es que Hesíodo nos relata la creación de los dioses y al llegar a Venus Afrodita describe unas atribuciones necesarias de memorizar para el estudiante de astrología, pues estos atributos de Afrodita, al igual que los atributos del resto de los dioses se implementarán en las personas en los que este arquetipo sea preponderante o en las situaciones en las que se escenifiquen el amor, el placer o la dulzura.

El contacto entre dioses y mortales.

En la mitología griega, los dioses entran en contacto con los humanos de un modo peculiar, normalmente el dios o la diosa intervienen en la vida humana transformándose en personajes de apariencia humana.

Parte importante del propósito en la práctica astrológica es compartir “pronósticos que llenen de esperanza y de la fuerza necesaria para sobrellevar las dificultades por las que está pasando en esos momentos a quien esté en consulta. Para entender la importancia de los mitos griegos hay que pensar que la astrología, tal y como la conocemos, se gesta en esa cultura, donde los dioses intervienen en la vida humana, esa es la clave, que si es bien utilizada, abre puertas para su correcta interpretación astrológica.

Por este motivo es que se vuelve indispensable conocer los mitos y leyendas griegas que son útiles para comprender el significado de cada uno de los modelos astrológicos y las actitudes o eventos con los que se relaciona la influencia de cada uno de los elementos astrológicos.


En el siguiente post comenzaremos con el primero de los mitos y leyendas sobre el Sol. El Dios Apolo-Helios.


¡Gracias por llegar hasta acá!

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Fuentes: "mitología para astrólogos". Tito Macia.

By Flor Mazziotti





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