Opuestos y complementarios. ♈ASCENDENTE ARIES - DESCENDENTE LIBRA♎

 El eje de las relaciones

"El encuentro entre tú y yo,
y la conformación del nosotros."


El Ascendente despliega un conjunto de escenas que pueden ser consideradas como aleatorias, casuales; como escenas independientes de la persona que las está experimentando. Pero, en verdad, esas escenas le son estructurales porque traen experiencias que la persona tiene que vivir, para descubrir que ese es su Ascendente, o sea, que esa es su energía.

En este sentido, tenemos que aprender a pensar el destino desde esta formulación: ¿Qué condiciones de vida son necesarias para que una persona sea capaz de expresar cierta vibración...? Y, desde aquí, el punto de vista a desarrollar sería: ¿Qué necesita vivir una persona para descubrir dentro de sí y expresar una vibración...?

Entonces, como primera hipótesis acerca del destino, vamos a plantear que uno necesita experiencias para poder identificarse primero, y expresar después, ciertas cualidades. Uno tiene que pasar por ahí, esto es, por lo desconocido de sí mismo, para darse cuenta de que es eso.

Recordemos también qué información nos da el concepto de Signo Ascendente”. Describe el momento del nacimiento, el primer contacto, la puerta de acceso a la experiencia y el desarrollo de la conciencia. Es la impresión que le dejamos a los demás de forma inconsciente. Es lo que ves, cuando me ves.

Cuando el tono de la experiencia está teñido por la energía ariana, nos pide desarrollar las cualidades de decisión, la acción y reconocer el poder creativo que se posee y la capacidad de dirigir la propia vida.

La característica fundamental del ascendente Aries es que encuentra su potencia creativa en su interior, sin quedarse esperando a que las cosas sucedan. Si en la carta natal hay exceso de energía pasiva o de tendencia a la retracción, el proceso de conectar con las propias características de liderazgo y seguridad personal será más trabajoso, aunque no imposible.

En cartas natales con buena proporción de fuego, este ascendente fluye de forma más natural, y la autoafirmación fluye libremente, pero con el riesgo de sostener una actitud demasiado dominante o muy egocéntrico, que resultan contraproducentes.

Cada signo es, en realidad, una parte de una totalidad que se clasifica en ejes de opuestos complementarios, que como su denominación lo indica, son energías que al mismo tiempo de que son opuestas se complementan entre sí y hacen que la energía pueda fluir y equilibrarse.

Con el ascendente en Aries, el signo opuesto será el signo descendente en Libra, conformando entre sí el eje de las relaciones. Aries se afirma, decide y hace, Libra reflexiona, sopesa y armoniza.

Con Libra en el descendente, lo que nos indica este signo opuesto, la conveniencia de equilibrar una autonomía incontrolable aprendiendo a hacer concesiones con otras personas. Habrá, eventualmente, periodos en que se produzcan polarizaciones en alguno de los opuestos, en donde las situaciones o vínculos nos lleven a profundizar en alguno de los opuestos para darle cada vez una vuelta de espiral.

Es importante encontrar su propio poder y liberar el coraje necesario para ser uno mismo y así aprender a regular, adaptar y atemperar su naturaleza según sea necesario. Así como, en sus vínculos y asociaciones, aprender de las cualidades librianas de gracia, previsión y consideración hacia los otros. Recordar que los otros también importan.

El Ascendente también representa el tipo de cuerpo físico, los rasgos. Y Aries rige la cara y la cabeza, por tanto, su rostro tendrá aspecto vivaz y enérgico, mirada intensa pero de contacto visual rápido y fugitivos. Los movimientos del cuerpo son rápidos e impulsivos, como si siempre estuviera alerta o lista para actuar.

El mensaje que transmite este ascendente es; no te interpongas en mi camino.

•Vivencia de experiencias de tipo ariano

Es muy común que un Ascendente en Aries, por un lado, sienta desagrado o temor por las personas violentas, impetuosas, agresivas, arriesgadas, demasiado independientes, etc.; pero que, por otro lado, esas personas lo fascinen.

La persona se encontrará viviendo experiencias arianas, aunque no se identifique con estas o incluso le asombre estarlas viviendo.

Como una respuesta natural a su energía, descubrirá a través de la experiencia los límites de aquella; de esta manera, se atribuirá a los demás la responsabilidad por las acciones que decide ejecutar.

La energía que conlleva la experiencia Aries es llevada al choque u alguna experiencia similar, a través de otra persona, ya que aunque aún esté descubriendo su propia energía, es otra persona quien se la muestra (libra en el descendente).

Entonces en un principio puede vivir las experiencias sintiendo que no es quien las produzca, sino que son los demás quienes le imponen esas experiencias y situaciones.

Durante algún tiempo, le atribuirá la responsabilidad de lo que le sucede a otros, y/o a lo sumo dirá: “será mi que destino es una fatalidad”. Pero así irá descubriendo que eso que le sucede a través de hechos repetidos y de personas del entorno, es la respuesta a la expresión de su propia naturaleza, descubrirá que lo desconocido de sí mismo se muestra a través de lo que refleja su entorno.


Artista; Catello Gragnaniello.

Lo importante es comprender que esta experiencia es constitutiva, así como las demás experiencias que vendrán luego, para despegarme de las identificaciones primarias y llevarme a explorar en profundidad mi sistema energético a través de mis vínculos y de las experiencias de mi vida.

Las escenas con las que nos vamos enterando de nuestro Ascendente ¿son causa o consecuencia...?

Si lo consideramos linealmente, aparece la incorporación de la escena como consecuencia:"Gracias a mis padres que me enseñaron a no achicarme ante los demás e imponer mi presencia física. Yo pude aprender a defenderme.". Ahora, visto desde el punto de vista circular, tendríamos que pensarlo así: "Estaba implícito que mis padres me enseñaran a defenderme de las agresiones externas … Y estaba implícito que situaciones de agresión me sucedieran". De lo que no podemos estar seguros por adelantado, es de la reacción al desafío del destino: la experiencia podía haber sido rechazada, reforzándose la identidad hipersensible y temerosa o bien, como en este caso, ser aceptada, permitiendo la liberación de la energía ariana y resignificando la identidad, que ya no será la misma que antes.

Es muy común también, en el viaje de la conciencia, enamorarse de personas con características del Ascendente —en este caso, con características arianas, lo que no implica necesariamente que sean personas nacidas bajo el signo de Aries— como una manera de compartir a través del destino, con otras personas, la vibración ariana.

A medida que pasa el tiempo, las escenas comienzan a ser vividas corno propias, aunque vengan a través de otros. Sin embargo, es evidente que en las primeras etapas de la vida nos sentimos atraídos por quienes tengan características muy marcadas del signo ascendente.

Respecto a la Casa VII, en este caso en Libra, esto es, el lugar de la carta natal donde se experimenta el vínculo con el otro complementario, sea pareja, socio, etc. Para que esta casa opere realmente, tiene que estar ya instalado un nivel de la energía del Ascendente, porque la Casa VII se manifiesta en polaridad con el Ascendente. Por eso, es muy común que en la adolescencia —o más adelante, también— uno establezca vínculos con personas de las características del Ascendente, mucho más que con las de la Casa VII. La dificultad de esto, es que si el proceso continúa y la persona va integrando su energía ascendente, el vínculo con el otro —que tiene o que trae esa energía— va progresivamente a perder naturalmente atractivo.

En términos energéticos puros, la atracción por personas con características del propio Ascendente no habla de un equilibrio estable, sino de un aprendizaje en mi propia energía.

El equilibrio en sentido profundo estará jugado por la Casa VII y no por el Ascendente. Sin embargo, siempre me van a impactar estas personas y tendré que aprender de ellas; pero, cuanto más comprenda la energía en mí, mejor las comprenderé a ellas y con mayor naturalidad se desarrollará el vínculo. La calidad de mi relación con ellas reflejará el grado de maestría alcanzado en Aries.

La energía, que antes se proyectaba en esas personas, es absorbida por mi conciencia y dichas personas pierden la significación que tenían en mi vida, aunque perdure la afinidad natural.

Entretanto, podemos decir que cada vez que cíclicamente somos atraídos con mucha fuerza por personas cuya energía corresponde a la de nuestro Ascendente, o esa misma energía nos produce un rechazo muy fuerte y entramos en conflicto con ellos, esto ocurre porque en nuestra vida está por abrirse un nuevo nivel de experiencia ligado al Ascendente propio. Por eso, alguien viene a interpelarnos con esa cualidad.


¡¡Gracias por leer y llegar hasta acá!!👽


Referencias: “Ascendentes en Astrología” Eugenio Carutti. // “Las doce casas”. Howard Sasportas.


By Flor Mazziotti


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